viernes, 13 de marzo de 2015

TESTAMENTO TEOLÒGICO Y POLÌTICO DE SAN ROMERO DEL MUNDO

LA DIMENSIÒN POLÌTICA DE LA FE, DESDE LA OPCIÒN POR LOS POBRES.
TESTAMENTO TEOLÒGICO Y POLÌTICO DE SAN ROMERO DEL MUNDO 

EL MUNDO DE LOS POBRES.
  
Como en otros lugares de Amèrica Latina despuès de muchos años y quizà siglos han resonado entre nosotros las palabras del Èxodo: "He oìdo el clamor de mi pueblo, he visto la opresiòn con que lo oprimen" (Ex.3,9). Estas palabras de la escritura nos han dado nuevos ojos para ver lo que siempre ha estado entre nosotros, pero tantas veces oculto, aun para la mirada de la misma iglesia. Hemos aprendido a ver cuàl es el hecho primordial de nuestro mundo y lo hemos juzgado como pastores en Medellìn y Puebla. "Esa miseria, como hecho colectivo, es una injusticia que clama al cielo" (Medellìn,Justicia,n.1). Y en Puebla declaramos "como el màs devastador y humillante flagelo, la situaciòn inhumana de pobreza en que viven millones de latinoamericanos expresada por ejemplo en salarios de hambre, el desempleo y subempleo,desnutriciòn, mortalidad infantil, falta de vivienda adecuada, problemas de salud, inestabilidad laboral" (n.29). Elñ constatar estas realidades y dejarnos impactar por ellas, lejos de apartarnos de nuestra fe, nos ha remitido al mundo de los pobres como a nuestro verdadero lugar, nos ha movido como primer paso fundamental a encarnarnos en el mundo de los pobres. En èl hemos encontrado los rostros concretos de los pobres de que nos habla Puebla.(cfr.31-39). Ahì hemos encontrado a los campesinos sin tierra y sin trabajo estable, sin agua ni luz en sus propias viviendas, sin asistencia mèdica cuando las madres dan a luz y sin escuelas cuando los niños y niñas empiezan a crecer...Ahì nos hemos encontrado con los obreros sin derechos laborales, despedidos de las fàbricas cuando les reclaman y a merced de los frìos càlculos de la economìa.
   Ahì nos hemos encontrado con los habitantes de tugurios, cuya miseria supera toda imaginaciòn y viviendo el insulto permanente de las mansiones cercanas. Este acercamiento al mundo de los pobres es lo que entendemos a la vez como encarnaciòn y como conversiòn.
   Los necesarios cambios al interior de la iglesia, en lo pastoral, en la educaciòn, en la vida religiosa y sacerdotal, en los movimientos laicales, que no habìamos logrado al mirar sòlo el interior de la iglesia, lo estamos consiguiendo ahora al volvernos al mundo de los pobres.

LAS BUENAS NUEVAS.
   La iglesia tiene una nueva que anunciar a los pobres. Aquellos que secularmente han escuchado malas noticias y han vivido peores realidades, estàn escuchando ahora a travès de la iglesia la palabra de Jesùs: "EL REINO DE DIOS SE ACERCA", "DICHOSOS USTEDES LOS POBRES PORQUE DE USTEDES ES EL REINO DE DIOS". Y desde allì tiene tambièn una Buena Nueva que anunciar a los ricos, que se conviertan al pobre para compartir con èl los Bienes del Reino. Para quien conozca nuestro continente latinoamericano serà muy claro que no hay ingenuidad en estas palabras ni menos aùn opio adormecedor. Lo que hay en estas palabras es la coincidencia del anhelo de LIBERACIÒN de nuestro continente y la oferta del amor de Dios a los pobres. Es la esperanza que ofrece la iglesia y que coincide con la esperanza a veces adormecida y tantas veces manipulada y frustrada de los pobres del continente. Es una verdad en nuestro pueblo que los pobres vean hoy en la iglesia una fuente de esperanza y un apoyo a su noble lucha de liberaciòn. La esperanza que fomenta la iglesia no es ingenua ni pasiva. Es màs bien un llamado desde la palabra de Dios a la propia responsabilidad de las mayorìas pobres, a su concientizaciòn, a su organizaciòn en un paìs en que, unas veces con màs intensidad que otras, està legal o practicamente prohibida. Y es un respaldo, a veces tambièn crìtico, a sus justas causas y reivindicaciones. La esperanza que predicamos a los pobres es para devolverles su dignidad y para animarles a que ellos mismos sean autores de su propio destino. En una palabra, la iglesia no sòlo se ha vuelto hacia el pobre sino que hace de èl, el destinatario privilegiado de su misiòn, porque como dice Puebla: "DIOS TOMA SU DEFENSA Y LOS AMA (n.1142).
   LA IGLESIA no sòlo se ha encarnado en el mundo de los pobres y les da una esperanza, sino que se ha comprometido firmemente en su defensa. Las mayorìas pobres de nuestro paìs son oprimidas y reprimidas cotidianamente por las estructuras econòmicas y polìticas de nuestro paìs. ENTRE NOSOTROS SIGUEN SIENDO VERDAD LAS TERRIBLES PALABRAS DE LOS PROFETAS DE ISRAEL...EXISTEN ENTRE NOSOTROS LOS QUE VENDEN EL JUSTO POR DINERO Y AL POBRE POR UN PAR DE SANDALIAS; LOS QUE AMONTONAN VIOLENCIA Y DESPOJO EN SUS PALACIOS; LOS QUE APLASTAN A LOS POBRES; LOS QUE HACEN QUE SE ACERQUE UNH REINO DE VIOLENCIA, ACOSTADOS EN CAMAS DE MARFIL; LOS QUE JUNTAN CASA CON CASA Y ANEXIONAN CAMPO A CAMPO HASTA OCUPAR TODO EL SITIO Y QUEDARSE SOLOS EN EL PAÌS. Estos textos de los profetas Amòs e Isaìas no son voces lejanas de hace muchos siglos, no son sòlo textos que leemos reverentemente enh la liturgia. Son realidades cotidianas, cuya crueldad e intensidad vivimos a diario. La vivimos cuando llegan a nosotros madres y esposas de capturados y desaparecidos, cuando aparecen cadàveres desfigurados en cementerios clandestinos, cuando son asesinados aquellos que luchan por la justicia y la paz. En nuestra arquidiòcesis vivimos a diario lo que denunciò vigorosamente Puebla: "Angustias por la represiòn sistemàtica o selectiva, acompañada de delaciòn, violaciòn de la privacidad, apremios desproporcionados, torturas, exilios. Angustias de tantas familias por la desapariciòn de sus seres queridos de quienes no pueden tener noticia alguna. Inseguridad total por detenciones sin òrdenes judiciales. Angustias ante un ejercicio de la justicia sometida o atada" (n. 42). En esta situaciòn conflictiva y antagònica, EN QUE UNOS POCOS CONTROLAN EL PODER ECONÒMICO Y POLÌTICO, la iglesia se ha puesto al aldo de los POBRES y ha asumido su defensa. No puede ser de otra manera, pues recuerda a aquèl JESÙS que se compadecìa de las muchedumbres. POR DEFENDER AL POBRE HA ENTRADO EN GRAVE CONFLICTO CON LOS PODEROSOS DE LAS OLIGARQUÌAS ECONÒMICAS Y LOS PODERES POLÌTICOS Y MILITARES DEL ESTADO.
¡Derrotemos el mal con la ternura!
UNA MIRADA AL TESTAMENTO:
   Vida. Pasiòn. Muerte y Resurecciòn, son los 4 puntos cardinales del misterio revelado a los pobres para su salvaciòn, desde la perspectiva del evangelio liberador de aquèl hombre que le provocaron el derrame de su sangre como la culminaciòn de su martirial vida, en defensa de los pobres convertidos en esclavos sobre-explotados por los dueños del poder polìtico, militar, econòmico y religiosos del Imperio Romano de ese entonces.
   Hace 35 años, Monseñor Romero muriò para resucitar en su pueblo. Emulò -dirìamos con justeza, ante las mismas condiciones imperantes de la època señalada con la actual (s.XXI): injusticias sociales esclavistas, represiòn polìtica, opresiòn -,  a Jesùs de Nazareth.
   Monseñor Romero, fue perseguido por predicar la verdad, el amor a los pobres y sus reivindicaciones; por denunciar atropellos contra los màs elementales derechos de los mismos. Se enfrentò valientemente al SISTEMA OPRESOR, A LA TIRANTEZ DE LOS GOBERNANTES cuyo caràcter era evidente DICTADURA OLIGÀRQUICA-MILITAR PRO- IMPERIALISTA. "Yo resucitarè en mi pueblo", anunciò aquèl dìa, como presagiando su muerte. Claro, su enfrentamiento contra las salvajes estructuras del poder econòmico,polìtico militar y hasta religioso -no olvidar que el Vaticano le diò la espalda  a su lucha por la defensa de los pobres, y por ende la jerarquìa catòlica local lo dejò solo en tal-,  por defender los intereses de las mayorìas populares, lo convertìan en el CRISTO MODERNO, como lo fueron tambièn el Padre Fray Cosme Spessotto, de la Orden Franciscana y defensor de los campesinos en la regiòn nonualca, que fue asesinado por motivaciones parecidas al asesinato de Monseñor Romero, un 14 de junio de 1980; al Padre Rutilio Grande, de la Orden Jesuita, igualmente,asesinado en marzo de 1977, que vale decir, fue el mentor principal de Monseñor; y agregar a otros sacerdotes, monjas y muchìsimos laicos cristianos que encarnaron con su pràctica pastoral el evangelio de ese Jesùs liberador.
   Para Monseñor Romero, el defender a los pobres implicaba tambièn guiarles hacia su liberaciòn. De ahì que, para èl, guiar a su "rebaño" hacia su liberaciòn, no sòlo es  una obligaciòn desde la perpectiva teològica como pastor, sino, una RAZÒN ESENCIALMENTE POLÌTICA, pues la construcciòn del Reino de Dios habìa que comenzarlo aquì en la Tierra, destruyendo las injustas estructuras basadas en las relaciones de producciòn capìtalista y su bestial expresiòn neo-liberal que explota cruelmente la fuerza de trabajo de los pobres, y cosificando sus mentes y corazones hasta un nivel tan despreciable. "LAS CAUSAS DE LA MISERIA Y DE LA EXPLOTACIÒN ES LA INJUSTICIA ESTRUCTURAL Y LA ACUMULACIÒN DE LA RIQUEZA EN POCAS MANOS", denunciaba Monseñor, consecuentemente a la postura de Medellìn y Puebla.

LA VIGENCIA DEL PENSAR ROMERIANO.
   En El Salvador, en toda latinoamèrica y en el mundo entero, siguen vigentes esas viejas estructuras que denunciaba: explotaciòn salvaje de la fuerza de trabajo de los pobres (obreros, campesinos, mujeres,etc.) salarios vergonzosos, excluidos de un buen sistema de salud, de una buena alimentaciòn, excètera, y en contraste la acumulaciòn excesiva de riqueza en pequeños grupos de poder nacional y mundial que globalizan las finanzas para sus mismìsimos intereses; es màs, inmoralmente, contra todo principio humano, provocando guerras para sus dominios. Agregado a ello, la alta corrupciòn de los polìticos y su sistema polìtico que se ha enquistado como NEO-DICTADURA desde el siglo pasado hasta el presente.
   De ahì que el TESTAMENTO DE MOSEÑOR ROMERO, su pensar, su mensaje, su defensa a los pobres, en esencia està màs que vigente en el siglo XXI, màs allà de que por la causa de su beatificaciòn anunciada para el 23 de mayo de 2015 , por el papa Francisco, oficialicen SU PENSAR, debilitando lo esencial de su postura teològica y polìtica: LA LIBERACIÒN DE LOS POBRES DE LAS CADENAS OPRESORAS DEL SISTEMA ECONOMÌCO-SOCIAL VIGENTE.Para los pobres de esta Tierra toda persona mujer u hombre que asumieron la CAUSA por orientarlos hacia su liberaciòn, son màrtires y martiresas que les hace merecedores de la SANTIDAD.

Pawee VII  

     

    

1 comentario:

  1. No hay duda hoy màs que nunca el mensaje de nuestro Monseñor Romero, San Romero, tiene una gran vigencia ante los atropellos a los derechos humanos de los mismos de siempre: los pobres, campesinos, obreros, amas de casa, etc.

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¡El amor os harà libres!